María
En los primeros días de algún octubre me encontré por primera vez con María. Les confieso que para mí no fue gran cosa aquel primer encuentro, no sabía yo que la bella María cambiaría mi vida completamente. María es una mujer común y corriente, nada del otro mundo, eso sí, tiene un corazón inmenso. Cabello negro, piel canela y una sonrisa que ilumina. El amor por aquella dama, me acompañaría durante todos mis días en esta tierra. Sé que será así por siempre. Les tengo que confesar que fue María quien me enseñó el valor del respeto, con María conocí la solidaridad. Ella nació en mayo, el mes de las flores. Eso es ella para mí, una flor. A estas alturas muchos de ustedes se preguntarán por qué les cuento de mi María, es que cada uno de ustedes tiene su María, ya me entenderán. A ella al principio la veía muy alta, inmensa diría yo. En mis momentos de temor o confusión siempre tuve su apoyo. De ella aprendí a querer esta tierra, escuché mi golpe tocuyano o las baladas de siem...