martes, 25 de julio de 2023




 DELINCUENTES VENEZOLANOS EN CHILE

 

 

 

     Todos hemos podido ver con mucha preocupación como la delincuencia en Santiago y en general en todo Chile ha ido en ascenso. Lamentablemente, de esos delincuentes muchos son venezolanos. Es indescriptible la vergüenza que la inmensa mayoría de mis compatriotas, entre los que me incluyo, siente cada vez que se puede observar alguna noticia en este sentido.

     Particularmente llegué a este hermoso país que he hecho como propio, a principios del año 2018. Yo arribé a Chile con mi hijo menor que en ese entonces tenía dieciocho años, en Barquisimeto que es mi ciudad, habían quedado mi esposa y mi hijo mayor que para ese momento tendría veinticinco años. Nueve meses me separaron de ellos, quienes habían quedado en nuestro país, vendiendo las pocas cosas que nos quedaban en nuestra casa, para poder terminar de costear los gastos de pasajes y otros.

      Llegué a Chile dejando atrás a mi madre, que aún vive allá, con mis hermanos. Soy Licenciado en Educación y ejercí por más de quince años en la Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado”, donde comencé como oficinista y posterior a mis estudios pude realizar concurso de credenciales y opté al cargo de Docente. La situación económica, política y social de Venezuela me hicieron comenzar a contemplar la posibilidad de emigrar, y el lugar escogido fue Chile, por ser un país con buenas oportunidades, el mejor en ese tiempo en América Latina.

      Siento que los venezolanos no somos migrantes en el estricto sentido de la palabra, ya que un migrante es alguien que le gusta la aventura y en consecuencia se mueve de su zona de confort, en busca de las aventuras que su personalidad le exige. En mi caso es diferente, jamás hubiese imaginado hace algunos años atrás, vivir en otro país que no fuera el mío, es por lo que me siento más un REFUGIADO que un migrante.

     Recién llegado quise explorar para ejercer mi carrera, cosa que se me ha hecho muy difícil, ya que toda mi experiencia educativa, la desarrollé en educación universitaria, más allá de que por mi profesión estoy capacitado para ejercer la educación general básica. Antes de emigrar pude realizar estudios de cuarto nivel en Educación Abierta y a Distancia, con especialidad en Entornos Virtuales de aprendizaje. Maestría que no culminé por los mismos motivos descritos anteriormente, quedando solo pendiente mi trabajo de grado.

     Ante la dificultad para ejercer mi carrera, por convalidación de mi titulo que no he hecho, pero que pretendo hacer en un futuro cercano, y por no cumplir en ese momento con los requisitos exigidos, entre los que estaban la visa de residencia y otros, tuve que desempeñarme en otras áreas que no eran mi especialidad.

     Estuve mis primeros cuatro meses sin empleo, caminando por muchos lugares entregando CV, posteriormente obtuve un trabajo como guardia de seguridad, oficio que, aunque desconocía me atreví a desempeñar. Allí estuve en diferentes funciones como nochero en varias empresas, luego como conserje y más adelante en funciones de operador de CCTV, oficio que ejerzo con mucha dignidad en la actualidad en la que poseo mi residencia definitiva y con la que aspiro prontamente a convertirme en ciudadano de esta noble nación.

      Con esta introducción sobre mi persona, pretendo opinar sobre el título de mi publicación. Para la gente decente de mi país que somos la gran mayoría, se hace inconcebible entender que haya personas que recorran alrededor de cinco mil kilómetros, muchos a pie, solo para venir a delinquir, es inaceptable, y espero que las autoridades ejerzan todas las herramientas que la ley contempla, para castigar y expulsar a los que no están haciendo bien las cosas, para que paren de hacernos quedar mal parados a miles y miles que venimos a trabajar y esforzarnos.

      Por mi parte y en compañía de mi esposa y mis dos hijos, me comprometo a seguir aportando y continuar llevando en alto el gentilicio venezolano, que es mucho más que los que andan delinquiendo y que en ningún modo nos representan. Seguiré festejando cada 18 de septiembre, y disfrutando de las deliciosas sopaipillas y completos. GRACIAS CHILE. Gracias chilenos.  “Y VERÁS COMO QUIEREN EN CHILE AL AMIGO CUANDO ES FORASTERO”