viernes, 29 de mayo de 2015

El Poder de la Palabra






El Poder de la Palabra


   Con mucha frecuencia en nuestras familias, hogares o nosotros mismos, subestimamos el poder que tienen las palabras en la vida de las personas. Con palabras construimos o destruimos, con palabras enamoramos o ganamos enemigos, todo va a depender del uso que les demos y de la conciencia que poseamos a la hora de ponerlas en práctica.
   Hay muchos aspectos que podemos tomar en cuenta a la hora de analizar el poder de las palabras. Por ejemplo, si es escrita; existe el aspecto morfológico, que tiene que ver con la forma de las palabras. En el lenguaje hablado existe la fonética, que es relativo a la pronunciación de las palabras, a cómo suenan estas.
   Esta vez nuestro interés es hacer énfasis en el poder la palabra en nuestro día a día, sea nuestra condición socioeconómica, de altos, medianos o bajos recursos. Aunque el óptimo uso de nuestro idioma, puede estar ligado al aspecto socioeconómico, por cuanto quién mejores recursos posea, mayores oportunidades tendrá de aprender a usar las palabras de manera correcta, no es una condición obligatoria. Hay infinidades de personas de sectores populares que hablan y escriben perfectamente, igualmente los hay al contrario; con muchos recursos y poca calidad.
  Hoy quisiéramos analizar la capacidad espiritual de esas palabras, de ese conjunto de letras que cobran un sentido. Con palabras, Jesús el gran Maestro del Cristianismo, nos legó las mejores enseñanzas, lecciones para una mejor vida, cómo por citar alguna “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”. Hay muchísimos ejemplos más. Nuestros primeros afectos, los expresamos con palabras, unas de las primeras palabras más comunes hoy en día, “mamá” o “papá”, como verán desde el principio este conjunto de letras, va ligado a los afectos.
    Hay personas que son amorosas, que con una palabra te alegran el día, son seres que van dejando su afecto por donde pasan, y ese afecto se expresa con palabras. Hay seres humanos muy duras al usar el lenguaje, algunos son capaces de humillar y dejar huellas imborrables, cicatrices hechas con palabras mal usadas.
   Ciertos políticos acceden al poder enamorando a las masas con palabras perfectamente dichas, palabras estudiadas para crear un efecto, y dichas con poder de convencimiento, son los encantadores de serpientes, como lo fueron el malvado Adolf Hitler o su homólogo criollo Hugo Chávez -salvando las distancias-. Encantaron con palabras, destruyeron con hechos.
   Las palabras por sí solas, no son buenas ni malas, nosotros sus usuarios les damos el matiz, sea positivo o negativo. La invitación es a usar las palabras con responsabilidad, sea lo que sea que estemos llevando a cabo, desde pedir un “cafecito”, siempre hay que hacerlo con un tono agradable, sin olvidar el por favor y gracias. De igual manera si estamos formando a nuestros hijos, tratemos de buscar las palabras correctas, no vaya a ser que por querer ayudarlos con un consejo, le soltemos una palabra que le hiera y nuestro consejo cree el efecto contrario.
   Nuestro idioma es hermoso, tanto en su forma como en su fondo, usémoslo con la responsabilidad del caso y con el debido respeto a nuestros semejantes. Que Dios les Bendiga hoy y siempre.




viernes, 22 de mayo de 2015

Desiderata


DESIDERATA
(Interpretada por Jorge Lavat)

Camina placido entre el ruido y la prisa; y piensa en la paz
Que se puede encontrar en el silencio.
En cuanto sea posible y sin rendirte, mantén buenas relaciones
Con todas las personas.

Enuncia tu verdad de una manera serena y clara;
Y escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante,
También ellos tienen su propia historia.

Esquiva a las personas ruidosas y agresivas,
Ya que son un fastidio para el espíritu.
Si te comparas con los demás te volverás vano y amargado;
Pues siempre habrá personas mas grandes y mas pequeñas que tú.

(You are a child of the universe no less than the trees and the stars; 
you have a right to be here)

Disfruta de tus éxitos lo mismo que de tus planes;
Mantén el interés en tu propia carrera, por humilde que sea;
Ella es un verdadero tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos.

Sé cauto en tus negocios, pues el mundo esta lleno de engaños;
Más no dejes que esto te vuelva ciego para la virtud que existe;
Hay muchas personas que se esfuerzan por alcanzar nobles ideales;
La vida esta llena de heroísmo.

Sé sincero contigo mismo, en especial no finjas el afecto,
Y no seas cínico en el amor, pues en medio de todas las arideces
Y desengaños es perenne como la hierba.

Acata dócilmente el consejo de los años,
Abandonando con donaire las cosas de la juventud.
Cultiva la firmeza del espíritu para que te proteja
En las adversidades repentinas.

Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Sobre una sana disciplina, sé benigno contigo mismo.

(You are a child of the universe
no less than the trees and the stars;
you have a right to be here.
And whether or not it is clear to you,
no doubt the universe is unfolding as it should.)

Tú eres una criatura del universo;
No menos que las plantas y las estrellas,
Tienes derecho a existir, y sea que te resulte claro o no,
Indudablemente el universo marcha como debiera.

Por eso debes estar en paz con Dios, cualquier que sea tu idea de Él;
Y sean cualesquiera tus trabajos y aspiraciones
Conserva la paz con tu alma; en la bulliciosa confusión de la vida.
Aun con toda su farsa, penalidades y sueños fallidos
El mundo es todavía hermoso; sé cauto, esfuérzate por ser feliz.

(You are a child of the universe no less than the trees and the stars; 
you have a right to be here)


lunes, 4 de mayo de 2015

Todo a Pulmón



Que difícil se me hace, 
mantenerme en este viaje 
sin saber a donde voy en realidad. 
Si es de ida o de vuelta, 
si el furgón es la primera, 
si volver es una forma de llegar. 

Que difícil se me hace, 
cargar todo este equipaje, 
se hace dura la subida al caminar. 
Esta realidad tirana 
que se ríe a carcajadas, 
porque espera que me canse 
de buscar. 

Cada gota, cada idea, 
cada paso en mi carrera 
y la estrofa de mi última canción. 
Cada fecha postergada, 
la salida y la llegada, 
y el oxígeno de mi respiración, 
y todo a pulmón, todo a pulmón. 

Que difícil se me hace, 
mantenerme con coraje, 
lejos de la tranza 
y la prostitución. 
Defender mi ideología 
buena o mala, pero mía, 
tan humana como la 
contradicción. 

Que difícil se me hace, 
seguir pagando el peaje 
de esta ruta de locura 
y ambición. 
Un amigo en la carrera, 
una luz y una escalera 
y la fuerza de hacer todo 
a pulmón. 

Cada gota, cada idea, 
cada paso en mi carrera 
y la estrofa de mi última canción 

Cada fecha postergada 
la salida y la llegada 
y el oxígeno de mi respiración 
y todo a pulmón, todo a pulmón



jueves, 19 de marzo de 2015



¿Para qué estoy en la tierra?

Muchas veces como orientador universitario me ha tocado canalizar esta pregunta ante un joven estudiante.  Déjeme decirle que si usted se ha hecho esta pregunta alguna o varias veces en su vida, no está loco; al contrario, va por buen camino. Muchas personas se asustan ante este tipo de interrogantes de vida, piensan que es muy compleja. Muchas otras –la mayoría- , nunca o pocas veces se lo ha preguntado. 
El autor Rick Warren -pastor evangélico- en su obra “Una Vida con Propósito”, plantea la búsqueda de esta misión en términos muy sencillos y prácticos, siempre de la mano de las enseñanzas de  Jesús de Nazareth. Ahora bien, estimado lector, tratemos de abordar este tema sin prejuicios religiosos, particularmente nací, me crié y vivo bajo los preceptos católicos, pero eso no me impide entender que si creo en Dios, en un ser supremo, debe ser de todos y para todos.
“Dios no tiene religión” afirmó una vez ese gran Maestro como lo fue y sigue siendo Mahatma Ghandi. De tal modo que el tema del que les escribo, es válido para todas las personas, incluso para los que se dicen ateos.  Entender el propósito de nuestra vida nos va a ayudar a vivir mejor, a querer más al prójimo, a querernos y cuidarnos. ¿Cuál creen ustedes que pueda ser la misión de vida de un médico? ¿De un abogado? O ¿del valioso chofer de busetas? Cada uno ha venido a la tierra a aportar algo, cada quien en su ámbito, en su área de competencia.
No podemos ser buenos en todo, habrá algo –o muchas cosas- que no nos salga bien. En mi caso particular, nunca se me han dado las matemáticas, sin embargo hice el esfuerzo y salí de ellas cuando fue necesario. Las personas nos complementamos, muchos de los que me leen deben ser grandes matemáticos, otros serán buenos mecánicos, algunos otros grandes oradores. ¿Qué nos diferencia? Nada. Somos iguales ante Dios y ante los hombres. La única diferencia marcada va a ser el cariño que le pongamos a lo que hacemos.
Todo lo que hagamos para ayudar al prójimo es justo y va enmarcado en nuestra misión de vida. Hay algunas grandes líneas bajo las que debemos regirnos, esas líneas están enmarcadas en los valores morales: la responsabilidad, la honestidad, la sinceridad o el amor que es un sentimiento. Todo lo que hagamos con amor y dentro de la moral ciudadana será parte de nuestra misión de vida y con ellos agradaremos al Señor, nuestro Dios.
Amigo lector, Dios le seleccionó para ser el mejor carpintero, panadero, pescador, cocinero, tallador, barrendero, basurero, frutero, verdulero, confitero, jardinero, herrero, electricista, vendedor, plomero, lavaplatos, encuadernador, salvavidas, telefonista, chofer, colector, maquinista, mecánico, iluminador, peluquero, hojalatero, taquillero, kiosquero, bicicletero, portero, costurera, heladero, pizzero, mesonero, modista, camarera, o niñera del mundo.
Quizás el mejor médico, abogado, arquitecto, ingeniero, químico, profesor, maestro, farmacéutico, biólogo, astrónomo, cardiólogo, veterinario, radiólogo, traumatólogo, pediatra,  juez, fiscal, piloto de avión, patólogo geógrafo, astronauta, físico, arqueólogo, antropólogo, artista, escultor, actor, secretaria ejecutiva, director de orquesta, músico, periodista, locutor, orfebre, nutricionista, gimnasta, geólogo, agrónomo, topógrafo, pianista, violinista, tenor, barítono, soprano, director de cine, gerente, contador o administrador de empresas sobre la faz de la tierra.
Sólo resta que usted haga su parte. Que Dios les bendiga. Amén