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Mostrando entradas de abril, 2008
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Don Emilio Castillo A mis primos Castillo dedico Habían dejado su Ospino natal, su hacienda, sus caballos, sus gallinas, sus vacas… ya todo era cosas del pasado y todo se había perdido. En ese tiempo, para comienzo del siglo 20, vivían en Acarigua. Años después, un día, decidieron venirse a Barquisimeto, la distancia era larga y la carreta se balanceaba con la familia de un lado al otro… La carretera era de tierra, lleno de árboles y el sol resplandecía el camino, y después, de dos días, llegaron a Barquisimeto. Alquilaron una pequeña casa, y ahí, vivían mis tías Rosa, Susana y Basilía. Trabajaba mi tía Rosa, mi abuela-tía Susana, y vivían los niños Emilio, Dióscora y Rafael, quien años más tarde llegaría a ser mi padre. Cuando mi tía Rosa hacía los quehaceres del hogar, el pequeño Emilio siempre le decía: "Mamá cómprame un carrito", "Cómprame un avioncito", soñaba él, con tener sus juguetes...