miércoles, 10 de octubre de 2012

¿ENSEÑAR PARA APLAZAR?




El ejercicio de la docencia exige de cada ser humano una condición fundamental que no es otra que el altruismo, expresado en su forma de vocación al servicio de los estudiantes, quienes vienen a ser los beneficiarios directos del desempeño de sus profesores. Al final de cada lapso o periodo académico hay un producto final expresado en conocimiento adquirido, pero que como todo proyecto debe ser evaluado.
Las nuevas tendencias educativas en el mundo se perfilan hacia una educación cada vez más abierta, en ella se concibe al estudiante como el eje en el que debe girar el proceso de enseñanza aprendizaje. Querámoslo o no, las sociedades han evolucionado y la educación no debe quedarse atrás, ninguna ciencia debería hacerlo, se requiere la evolución social, humana y también profesional.
En la educación moderna términos como alumno que en su sentido etimológico, proviene del griego “a” que significa sin y “lumen” que representa a la luz, de manera que un alumno es en su significado estricto un ser sin luz, es por ello que ahora se llama a los estudiantes participantes. El concepto del docente sabelotodo también se ha ido con el siglo pasado, hoy en día el docente es un facilitador, no un “complicador”.
En estos tiempos de cambios y entendiendo las particularidades de cada nivel de instrucción, se deben usar herramientas didácticas y tecnológicas que incluyan los distintos tipos de aprendizaje que se conocen en la actualidad, es un hecho que todas las personas no aprenden de la misma forma, ni al mismo ritmo. Es obligación de ese docente facilitador abarcar todas las formas y recursos de aprendizaje, tomar en cuenta las necesidades del que aprende.
A la hora de evaluar hay de igual manera un sinnúmero de recursos hoy en día. No es justo que hoy en día, instituciones educativas y docentes reputados de nuestra región, sigan aplicando métodos de enseñanza y de evaluación que se quedaron en la prehistoria. Es obligatorio actualizarse, el estudiante se lo merece.
La incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación TTIC, -en ingles llamadas TIC´s-, son un gran apoyo tanto para el facilitador como para el participante, el docente del siglo XXI debe entender su rol formador y romper con esos viejos esquemas. En la andragogía -educación de adultos- hay un criterio que es fundamental se llama horizontalidad, en el que facilitador y participante se encuentran a un mismo nivel o escalafón.
El llamado a los docentes de vocación es a reinventar su proceso educativo, hay que hacer el trabajo con amor. Un solo estudiante aplazado es un fracaso para el aprendiz, pero también lo es en gran medida para el educador. Enseña para que el estudiante aprenda, que tome para sí los contenidos, que los sienta suyos, no promuevas el aplazamiento o peor aún, la deserción.
Recordemos al gran educador que fue Simón Rodríguez quién aseveró: "El título de maestro no debe darse sino al que sabe enseñar, esto es al que enseña a aprender; no al que manda a aprender, ni al que aconseja que se aprenda”.

Emigdio Castillo Aponte
@EmigdioCA

3 comentarios:

Raquel Peña dijo...

EXCELENTE ARTÍCULO DE HECHO COMO DOCENTE PIENSO QUE SE DEBE APLICAR CON LA COMBINACIÓN A LAS EVALUACIONES AUTOEVALUACIONES,DONDE EL INDIVIDUO VAYA ANALIZANDO QUE HA APRENDIDO ES LA EVALUACIÓN TAN SUBJETIVA A VECES QUE PIENSO NO MIDE LA TOTALIDAD DEL APRENDIZAJE. EN LA UNIVERSIDAD DONDE ESTUDIE A DISTANCIA SUS LIBROS TENÍAN UN MÉTODO EXCELENTE DESPUÉS DE CADA UNIDAD COLOCABAN UNA AUTO-EVALUACIÓN Y DE ESA MANERA PODÍAS VER POR TI MISMO EN QUE OBJETIVOS O TEMAS TENÍAS FALLA

Anónimo dijo...

Buen articulo hermano... Lo tomare y se los llevare de reflexion a algunos docentes de mi escuela... Sigue publicando

Anónimo dijo...

Me parece un buen artículo, pero me parece que lo estas idealizando mucho, y por eso dejas afuera muchos aspectos que son importantes. Un ejemplo de lo que digo es que el profesor puede tener gran creatividad en cuanto al diseño de sus actividades, pero no siempre el departamento de evaluación de la institución aprueba esas ideas, o si las ejecuta sin consultar es penalizado. A su vez también se ha visto que los lugares de enseñanza no disponen de métodos tecnológicos, sino son muy tradicionales (esta es otra excusa por la cual muchas ideas brillantes de profesores brillantes son rechazadas). Por otra parte, estás olvidando lo difícil que es enseñar en cuestión, especialmente en estos tiempos donde los estudiantes son mortalmente groseros, no les importa nada y su lema sencillamente es "10 es nota y lo demás es lujo" o simplemente se ponen de acuerdo para no estudiar y reprueban todos juntos, así el profesor se ve forzado a realizar recuperaciones, lo cual es una significante pérdida de tiempo. Por último, está el hecho de que muchos "profesores", no son profesores, por tanto no conocen las técnicas de enseñanza y se dicen así mismos profesores por tener un título en X carrera, y pues, como aprobaron su carrera creen que pueden pararse a vomitar conocimientos sobre una asignatura Z en un salón , sin técnicas, pedagogía, etc. No hay que confundir las cosas. un profesor, si es un facilitador, y sí esta al mismo nivel de aprendizaje de un estudiante, pero el estudiante debe conocer su rol que es aprender para su vida futura, cosa que no es precisamente importante para muchos en esta época.